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Banchile pone nota de cautela ante indicaciones a reforma tributaria y su efecto en el IPSA

Entidad no ve a la firma del protocolo de acuerdo como un catalizador para el mercado a corto plazo.

Por: | Publicado: Martes 29 de julio de 2014 a las 05:00 hrs.
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La incertidumbre por los cambios impositivos en el mercado chileno aún persiste. Así lo planteó Banchile-Citi en su último reporte de estrategia para el mercado de renta variable chileno, en el cual expone que mantiene su visión cautelosa sobre Chile “hasta que tengamos más visibilidad sobre el diseño final de la reforma tributaria y lo que ocurrirá a nivel corporativo y macroeconómico”.

De acuerdo a la entidad, se ha estado haciendo cada vez más evidente que la interpretación inicial que se hizo sobre los cambios realizados no era correcta y que la máxima carga tributaria para los accionistas solo llegaría al 41% y no al 44,5% que interpretó el consenso del mercado tras conocerse las indicaciones.

Así, explica que este punto tiene importantes consecuencias, toda vez que la carga tributaria es menor y los dividendos recibidos serían más altos a como serían bajo lo acordado en el protocolo de acuerdo. “A primera vista esto parece ser positivo, pero no lo vemos como un catalizador para el mercado en el corto plazo dado que creemos que el Ministerio de Hacienda necesitará realizar nuevas modificaciones a la reforma tributaria y estos cambios podrían neutralizar el impacto más positivo obtenido del protocolo firmado con la oposición”, puntualizó el Departamento de Estudios.

Por lo mismo, afirma que los inversionistas no deberían ver estas nuevas/correctas interpretaciones como un fuerte catalalizador para el mercado, “o por lo menos no todavía”. De esta forma, reitera que el actual proyecto de reforma tributaria “incluidos todos los problemas que todavía tiene”, es “menos mala” que la versión original, pero sigue presentando un panorama muy incierto en cuanto a lo que se refiere al diseño que tendrá finalmente.

En esa línea, estima que para obtener el mismo impacto que el consenso interpretó originalmente (una tasa máxima total efectiva de 44,5%), la tasa del crédito debería descender a 46% desde el 65% estipulado, o a 30% dependiendo de la correcta interpretación de los cambios realizados al proyecto inicial, lo que podría no contar con el respaldo de la oposición.

Con todo, la mayor preocupación radica en que a pesar de hacer estos arreglos, todavía se podrían violar tratados internacionales de doble tributación, ampliando la incertidumbre que es precisamente lo que el mercado no necesita en estos momentos.

Expectativas en juego


Para Banchile-Citi, la reforma tendría un impacto significativo en el sentimiento del mercado si llega a ser ley con términos mejores a los esperados en cuanto a los efectos para inversionistas y a las empresas.

Pero para que ese impacto permita una reactivación, a su juicio se deben dar una serie de factores: claridad en el diseño final de la reforma; observar “brotes verdes” en la economía; mejora en los flujos de institucionales; revisiones positivas para los resultados corporativos; y, valorizaciones más favorables. “Lamentablemente, todavía no vemos que esto esté ocurriendo en el corto plazo”, indica la entidad.

Bajo ese panorama, el Departamento de Estudios sostiene que una vez que tenga los detalles finales de la reforma tributaria podrá cuantificar su impacto en la economía, en las compañías y “el mercado estará en mejores condiciones de internalizar esto y aprender a convivir en este nuevo escenario”.

Elección del sistema tributario
Banchile no está de acuerdo con el supuesto de que, desde una perspectiva para optimizar la carga tributaria de los accionistas, se piense que aquellas compañías con una política de pago de dividendos baja debería optar por el sistema de semi-integración en el largo plazo; y aquellas con una política elevada, por el de renta atribuida. A su juicio, todas las firmas listadas deberían optar por el sistema semi-integrado. ¿La razón? Evitar que se afecte el normal funcionamiento de los mercados financieros y también impedir que emerjan potenciales problemas de gobiernos corporativos, como a la hora de elegir el sistema impositivo.
Esto tomando en cuenta que si bien se cree que la decisión deberá ser tomada por la junta anual de accionistas, la última palabra la tienen los controladores, los que velarán por sus mejores intereses que no necesariamente coinciden con los de los minoritarios. "En vista de ello, algunas empresas que adopten el nuevo sistema tributario semi-integrado pueden reducir sus políticas de pago de dividendos para optimizar sus tasas impositivas efectivas", dice la entidad.

¿QUÉ TASA SE PAGARÁ: 41%? ¿EN QUÉ SE PODRÁ REINVERTIR?
La duda que ronda el mercado es qué camino tomará Hacienda para que la tasa máxima efectiva sobre los accionistas alcance un 44,5%. "Estimamos que el gobierno puede intentar dos cosas: o cambiar la metodología de cálculo de la base imponible de los contribuyentes de manera de lograr el 44,5% negociado o reducir el crédito tributario de los accionistas a 46% desde el actual y acordado 65% o incluso a 30% dependiendo de cuál es la interpretación correcta", señala Banchile. Independiente de la respuesta, enfatiza en que al tener una carga tributaria de 44,5% se violarían los tratados de doble tributación que tiene Chile, lo que podría afectar significativamente las metas de recaudación en el largo plazo. "El gobierno tendría que sentarse a negociar con un gran número de países (...), pero tiempo hay dado que aparentemente este sistema tributario comenzaría a operar en al menos 4 años más", detalla.
Otros puntos que le preocupan por la inseguridad que podría generar en el mercado es que se introduzca una regulación a cómo las utilidades no distribuidas deban ser reinvertidas y con un plazo limitado, así como también la potencial introducción de un impuesto al FUT histórico.

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